Miércoles Santos en Juchitán; una convivencia entre vivos y muertos

Aldair Martínez

Cultura|Portada
miércoles, 05 de abril de 2023

Los zapotecas de Juchitán de Zaragoza continúan con la celebración de la Semana Santa, ahora en el Panteón Miércoles Santos.

Desde muy temprana hora, cientos de familias arribaron al camposanto ubicado en una de las secciones más emblemática de esta tierra: la octava sección Cheguigo, para el encuentro con los fieles difuntos.

Nadie llega con las manos vacías, casi la mayoria lleva flores, cirios o veladoras a sus seres queridos.

Puntuales a la cita, aquellos que tienen algún familiar enterrado en dicho panteón, llegan con la nostalgia a flor de piel, melancólicos, para rezar, cantar o llorar, con el ser que se ha marchado.

Dentro del mismo panteón se venden desde antojitos, aguas frescas, regañadas, hasta los ricos tamales de iguana.

La gente llega desde la mañana para abandonar el panteón varias horas después.

En casi todo el panteón hay rezos, un impenetrable olor a incienso y a flores.

 En algunos sitios la gente bebe desde aguas frescas, refrescos o alguna bebida embriagante, mientras el calor abrazador que muerde todo el día, alcanza los 42 grados centígrados.

En las tumbas se ve que quienes tienen para pagar, llevan una banda de música, tríos, mariachis o alguna solitaria voz nostálgica, cantando a capela hasta hacer llorar a los presentes.

El panteón es invadido, atiborrado de cientos, si no es que miles de personas conviven con sus muertos.

Hay una extraña interacción entre los «vivos» y los muertos, y este escenario, como cada año, se repite, porque la gente rinde pleitesía a los familiares que se han ido y hoy por hoy permanecen enterrados en el panteón Miércoles Santo.

Fotografías: Regiduría de Desarrollo Económico de Juchitán