Ayer fue Día Internacional de la Mujer, se hace necesario reconocer el arduo camino de las mujeres para tener sus derechos reconocidos y garantizados. Millones de mujeres, a través de nuestra historia han levantado la voz para visibilizar nuestra presencia. Sin duda, la lucha ha sido ardua, compleja, pero sobre todo, esperanzadora, porque gracias a ellas, la libertad y la igualdad son una realidad en algunas partes del mundo, sin embargo, en México aún es un tema pendiente.
El gobierno de López Obrador eliminó más de una veintena de programas de prevención de violencia y protección a mujeres, invisibilizó a las víctimas de feminicidio y castigó presupuestalmente a las mujeres de este país. Con la administración de Morena, diariamente, más de 10 mujeres son asesinadas, se presentan más de 670 denuncias por violencia familiar, 55 son víctimas de violación y 6 son víctimas de desaparición.
Si bien aún nos falta mucho por hacer, las mujeres llegamos al poder para mejorar las condiciones de vida de todas y todos. Estamos terminando uno de los sexenios más misóginos, más machistas. Uno que desapareció las estancias infantiles, que destruyó los refugios para mujeres víctimas de violencia, que quitó los apoyos en el sector salud, que canceló las escuelas de tiempo completo.
Hace 100 años, era impensable que una mujer pudiera participar en el espacio público, mucho menos que pudiera liderar al Estado mexicano. Como mujer, como mexicana, como feminista, como política y como servidora pública, me llena de orgullo y esperanza que una mujer ocupe la titularidad del Ejecutivo federal. Hoy, existe la posibilidad de que una mujer, por primera vez en nuestra historia, sea Presidenta de la República y yo estoy segura que esa mujer será Xóchitl Gálvez.
Las mexicanas necesitan que las políticas públicas realmente sean con perspectiva de género, que los presupuestos se integren pensando en el bienestar y el desarrollo de las mujeres y que se construya con una visión integral para que nadie se quede atrás. Por eso, Xóchitl Gálvez propone reconocer y garantizar los derechos de las mujeres.
El camino para lograr la tan anhelada igualdad sustantiva aún continúa, pero mientras sigamos unidas y de la mano con Xóchitl Gálvez, construiremos un mejor país.
Soy feminista y lo digo con convicción. Lo soy porque vi a mi madre todos los días como rompía las barreras y luchaba incansablemente para ser feliz. Hoy, a mi madre Silvia Rabadán Román le digo gracias por todo siempre.
El portazo a Palacio Nacional, es el símbolo del reclamo de todo México a las promesas incumplidas de López Obrador. Morena lucró con la tragedia de los normalistas de Ayotzinapa. Personalmente López Obrador prometió que encontraría a los 43 estudiantes y 5 años después, no dio resultados e incluso, los ha revictimizado.