Espacio Estatal en Defensa del Maíz Nativo de Oaxaca, integrado por 25 organizaciones, comunidades, instituciones educativas, activistas independientes e integrantes de la sociedad civil, manifestaron en un pronunciamiento público, la importancia de que hoy la actividad campesina y de cultivo que se desarrolla en los centenares de pequeñas poblaciones diseminadas a lo largo y ancho del estado de Oaxaca, sean contempladas verdaderamente como base forjadora de un sentido de cooperación, colectividad y auténtico espíritu comunitario, y no como un bien turístico que se ponga a la venta de visitantes extranjeros y mexicanos cada Lunes del Cerro.
La asociación civil señaló que hoy al término Guelaguetza, los intereses capitalistas le han endilgado la etiqueta de exótico, cuando esta práctica de unión y cooperación es lo que realmente sostiene y justifica el entramado social, económico y productivo de las más de 500 comunidades que nutren esa entidad llamada Oaxaca.
“Guelaguetza es reciprocidad, intercambio entre iguales, expresión de un compromiso de apoyo mutuo. De decir, ayúdame hoy que tengo necesidad y yo te repongo tu esfuerzo cuando lo necesites”, expresó el colectivo, citando a la gozona de milpa que se realiza hacia el interior de las comunidades, como ejemplo de apuesta por la solidaridad vecinal y comunitaria como método para fortificar una productividad grupal e individual,
“Como la mayoría de nuestras comunidades actualmente están asentadas en serranías, difícilmente se puede utilizar maquinaria para sembrar nuestras semillas, eso por un lado significa que este trabajo se tiene que realizar con herramientas que hoy podrán ser calificadas como rudimentarias, como la coa y el machete; pero son las que han permitido sobrevivir a nuestras comunidades desde tiempo inmemorial, así, sin electricidad ni gasolina”, asentó el Espacio Estatal en Defensa del Maíz Nativo como narración de su histórico deambular.
Sobre esto último consideraron que existe una distancia enorme entre el exotismo con el que hoy, en sus costumbres y dinámicas económicas y sociales, se quiere catalogar a los pueblos originarios cada fiesta de la Guelaguetza, y el diario devenir económico y social en el que esos mismos pueblos sobreviven todos los días.
Aseguraron que sembrar milpa en Guelaguetza es mantener la costumbre de la resistencia, acto heredado a los pueblos originarios de Oaxaca por sus antepasados. Acto de procuración de igualdad y con explotación, contra el que el actual uso encarecidamente empresarial de la Guelaguetza, atenta directamente.