Siempre he sido consciente de lo bueno y lo malo que conlleva ser parte de la vida política en nuestro estado.
En mi labor he recibido mucha satisfacciones y reconocimientos, pero también he sido víctima de embates, intrigas y campañas negras derivadas de envidias y celos políticos.
De todo esto he salido avante gracias, entre otras cosas, a que no tengo pecados en mi vida política, a que digo siempre las cosas de frente y porque sé lo que es la gratitud.
Siempre he sabido quién está detrás de las notas anónimas que pretenden difamarme o desvirtuar mi trabajo. He dicho incluso su nombre, conozco su perversidad. Pero no imaginaba hasta donde podía llegar para tratar de lastimar.
Pretender involucrarme en el borlote del PRI del pasado lunes con un vídeo falso y hecho a modo denota su frustración, pues hablar de una reunión o una mesa donde se fraguaron las cosas, es una gran mentira, simple y sencillamente dicha reunión nunca existió, porque yo estuve fuera de la ciudad los últimos días.
Lo de los porros, lo de las candidaturas, que nos vamos a otro partido o que hay un pleito con ex gobernadores o que enloquecí porque decidí dejar la presidencia del PRI son mentiras que solo existen en la narrativa y en la mente de quien sin duda está enfermo de rencor y frustración y tiene una baja estatura política.
Las mentiras, aunque se repitan mil veces no se convertirán en verdad.
Quien fue a protestar el lunes al PRI no lo hizo anónimamente y a los medios de comunicación les dio sus razones. Buscar agraviar a otros responsabilizándolos de ser
parte de esto es ruin y perverso.
Cuando como priista de toda la vida tenga que decir o hacer algo, lo haré de frente como siempre lo he hecho.
Quienes me conocen saben como soy y como actuó. Jamás lo he hecho no dando la cara.
Al PRI mi lealtad y mi gratitud siempre, porque se lo que me ha dado.
Durante los meses que tuve la fortuna de dirigir los destinos de nuestro partido convoqué a todos. Hablé con todos y trabajé con todos, porque hoy más que nunca es lo que se necesita.
No permitamos que intereses mezquinos nos dividan y menos con mentiras.
Atentamente
Javier Villacaña Jiménez.