“Pausar es otra forma de avanzar” es como tituló la Feria Internacional del Libro de Oaxaca (FILO) su anunció de que no habrá edición este año, aduciendo dificultades en “el ámbito financiero-cultural”. Sin embargo, aunque la FILO número 45 no existirá este año, esta si existe en la lista de beneficiados de recursos federales del Programa de Apoyos Festivales Culturales y Artísticos (Profest 2025)
La lista de los beneficiarios del recurso proveniente de la Secretaría de Cultura Federal, fueron publicados el pasado treinta de abril, con recursos que pueden llegar hasta los dos millones ochocientos mil pesos. Situación en la que destaca que Fondo Ventura, asociación encargada de la organización de la FILO, aun no haya salido a explicar que hará cuando le den el recurso público concebido a un evento que este año no existirá.
No obstante, la misma convocatoria de la millonaria beca explica que la Secretaría de Cultura no se compromete a realizar la transferencia del recurso autorizado, previamente a la realización de los proyectos, por lo que las instancias beneficiarias deberán contar con capacidad financiera para ejecutar los proyectos.
Incapacidad financiera que destaca especialmente en un proyecto como la FILO, beneficiaria entre 2010 y 2023 de variados apoyos e incentivos gubernamentales de orden municipal, estatal y federal que en conjunto van por arriba de los 75 millones de pesos.
Aunque el anuncio de la FILO de su suspensión, la suaviza con la promesa de que su ausencia de este año no es el final sino una pausa, el hecho se suma como corolario de los señalamientos que desde el 2023 se vertieron sobre su máximo responsable, Guillermo Quijas-Corzo, hoy empresario editorial con residencia en España, cuya familia es dueña de la empresa privada más longeva de Oaxaca, la Proveedora Escolar.
Fue el Tianguis Literario Autónomo y Popular, colectivo editorial, literario y librero, con cinco ediciones desde el 2022, quien en 2023 denunció el cómo Quijas-Corzo había convertido a la FILO, siempre valiéndose del dinero público, como su maquinaria personal de relaciones públicas y empresariales, pues Quijas es también dueño de la Editorial Almadía que hoy vende buen mezcal en Madrid. Razón por la cual tal vez, el no hacer el viaje de este año a Oaxaca, le resulte mucho más sencillo.